“Por San Fermín el calor no tiene fin”, dice el refrán. La última quincena de julio y la primera de agosto suponen un claro desafío a la resistencia de las plantas. El riego es crucial. Las noches suponen un alivio para el jardín y la terraza… ¡y el momento ideal para disfrutarlos!
✓ El riego es de máxima importancia en julio. Utiliza aspersión para el césped; goteo para los arbustos, anuales y vivaces, setos y árboles, y regadera o inmersión (según) para algunas plantas de interior.
✓ Abonar las plantas de flor. Están a pleno rendimiento, de modo que necesitarán un abonado rico en fósforo y potasio y bajo en nitrógeno.
✓ Las plagas y hongos, a raya. El control de plagas y enfermedades sigue siendo clave. En lo posible, utiliza plaguicidas sistémicos y fungicidas de amplio espectro.
✓ Eliminar las malas hierbas. La escarda de malas hierbas no se debe descuidar. En algunos casos convendrá usar un herbicida; pide consejo en tu centro de jardinería.
Fuente: www.verdeesvida.es